Rumbo a Sudáfrica: Mundial de 1950

por | 23:58:00
Después del parón debido a la Segunda Guerra Mundial, el Mundial volvía al continente americano después de muchas polémicas.
La FIFA, primero, estuvo a punto de suspender de manera permanente el torneo debido a los daños producidos por los conflictos bélicos. Después, una vez decidido que se seguiría celebrando el certamen, Alemania, Argentina y Brasil se postularon como sedes. Los primeros fueron descartados por los crímenes de guerra y los dos países americanos acordaron turnarse el torneo: primero sería Brasil y el próximo torneo que se celebrara en Sudamérica sería para los argentinos.
El Mundial volvía a América doce años después.

Además, a nivel anécdotas, este sea uno de los Mundiales más ricos de la historia: fue el primero en el que las cuatro selecciones británicas participaron (aunque sólo fuera en la fase de clasificación) pero sólo fue Inglaterra la que acudió a la fase final. Escocia no encontró justo su segundo lugar en la clasifiación (?) y se negó a participar. La FIFA ofreció ese puesto a Francia, Turquía y a la India (que se negó por no poder jugar descalzos) y antes sus negativas, cerró los participantes de la fase final en 13, de las que sólo una fue debutante: Inglaterra.

Italia, que acudiría para defender el título, decidió no participar después de que el año antes, la base de su selección, el gran Torino falleciera en el accidente de Superga.

España participó en su segunda Copa del Mundo y obtuvo el mejor resultado en su historia en esta competición. Acabó cuarta gracias a su victoria ante Inglaterra con el tan recordado gol de Telmo Zara. Junto al bravo ariete del Athletic, el valenciano Puchades y Basora eran las estrellas de aquella selección.

Otro de los motivos a destacar de este Mundial (y qué explica el cuarto lugar de España) fue que no fue un torneo con eliminatorias, sino que todo se decidió en liguillas. Una inicial en la que cuatro grupos (dos de cuatro equipos, uno de tres y uno de dos -WTF!?-) daban cuatro plazas para un grupo final que decidiría qué equipo sería el campeón.
Por caprichos del destino el campeón se decidió en el último partidos jugado entre los dos únicos equipos matemáticamente aspirantes, por lo que, aunque no se quisiera, hubo una final.
Pero vayamos al principio...

Brasil y España dominaron con claridad sus grupos, invictos, al igual que Suecia, que al estar encuadrada en un grupo de tres equipos tuvo que esperar resultados para cantar victoria.
El grupo D estaba formado por dos únicas selecciones: Uruguay y Bolivia. En el único partido del grupo, los charrúan se dieron un festín de 8-0 a costa de los bolivianos.

Así, ya teníamos los cuatro equipos que lucharían por el título en el grupo final y donde se fraguó uno de los capítulos más increíbles de la historia de los Mundiales. Brasil goleó en sus dos primeros partidos (7-1 y 6-1) para llegar líder al partido final ante Uruguay, que había ganado a duras penas a Suecia (3-2) después de empatar con España (2-2).
La historia de ese partido, ya la conocéis...





Uruguay ganó a Brasil por 1-2 en Maracaná e 'hizo llorar a todo un país'. Mucho se ha escrito y contado sobre ese partido, pero todos coinciden en lo mismo: importante la preparación psicológica de los charrúas para levantar ese partido. Se convirtieron en el segundo equipo en lograr un bicampeonato a costa de un gran equipo brasilero y todo un país que había arrimado el hombro (Maracaná es una buena prueba de ello) para cambiarse de arriba a abajo a nivel de infrastucturas para dar imagen de prosperidad al mundo entero.

Los nombres propios de este torneo fueron, como máximo goleador el brasileño Ademir con nueve tantos en seis partidos y como jugadores más destacados los uruguayos Schiaffino, Ghiggia y el gran Obdulio Varela (lectura recomendada) y el español Basora. Aunque seguramente el protagonista absoluto (aunque sea negativo) del torneo fue el portero brasileño Barbosa, que ya no sólo tuvo que poner fin a su carrera profesional tras el partido ante Uruguay, sino quien motivo una repulsión de los brasileros hacia el puesto de guardameta provocando que hayan tardado muchas décadas en dar porteros de nivel.
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