Hoy, como parece que el tema va de suecos, he querido rescatar a un jugador con una carrera corta, si nos ceñimos al primer nivel mundial y a su papel destacado, pero muy intensa y con importantes logros para nuestro protagonista: el delantero Tomas Brolin.
¿Cómo jugaba Brolin?
Brolin jugaba de delantero sin llegar a ser un nueve puro, por lo que más adelante, en su carrera, pudo disputar partidos en posiciones un poco más cercanas a la mediapunta para explotar otras virtudes cuando su capacidad física comenzó a decaer. Dio un especial rendimiento jugando con otro jugador en la punta, algo bastante habitual en los noventa: jugar con dos puntas claros.
Su principal virtud era su facilidad para entender las jugadas en busca del gol: un buen desmarque o un oportuno pase le convertía siempre en protagonista cuando marcaba o participante cuando asistía. Veloz, hábil, con una inusual facilidad para asociarse siempre buscando la verticalidad de cara a la portería y sobre todo mucha movilidad que le hacía aparecer siempre por el lugar donde menos se esperaba su marcador.
Pero seguramente pase a la historia por su visión de juego. Le hacían falta pocos toques para habilitar a un compañero o darle una nueva interpretación a la jugada. Solía hacerse con facilidad con los puntos referenciales de los esquemas en los que participaba y muchas veces parecía que daba los pases más de memoria que por haber visto a su compañero.
Clubs
- Näsvikens (del 84 al 86)
- Sundsvall (del 87 al 89)
- Norrkoping (1990)
- Parma (de 1990 al 1995 y 1997)
- Leeds United (de 1995 a 1997)
- FC Zurich (1996)
- Crystal Palace (1998)
- Hudiksvalls (1998)
Títulos
- 1 Supercopa de Europa (1993)
- 1 Recopa de Europa (1993)
- 1 Copa de la UEFA (1995)
- 1 Copa (1992)
Su carrera con la selección de su país fue corta para lo que estamos acostumbrados a ver por aquí, pero con la suerte de coincidir en un momento muy dulce del combinado con un histórico tercer puesto en el Mundial de 1994, además de una participación en la Eurocopa de 1996. En cuarenta y siete entorchados con la zamarra amarilla veintiséis goles, vamos, a poco más de un gol cada dos partidos en cinco años que fue internacional...
