Los asiduos lectores del blog recordaréis que en mis predicciones a principios de temporada daba al Chelsea como máximo favorito a llevarse la Premier de este año (incluso a repetir una actuación tan buena en Champions a poco que se centrara) entre otras cosas por la llegada de Scolari al banquillo del club londinense.
Los que me conocéis, también sabéis que me gusta mucho el técnico brasilero; su apuesta por llevar el mando de los partidos, el juego de toque, su capacidad para saber llevar vestuarios llenos de estrellas y, por qué no decirlo, da esa imagen paternal y simpática que se agradece en este fútbol negocio de hoy en día.
La campaña del Chelsea hasta ahora no está siendo mala (salvando su eliminación en la Cup) ya que se encuentra a dos puntos (que pueden ser cinco si el United gana su partido aplazado) del liderato y vivo en Champions, pero las sensaciones que desprende no van acorde con la plantilla y los conocimientos del técnico campeón del Mundo en 2002. Ha perdido los duelos directos entre los Fab Four (0-1 con el Liverpool, 1-2 con el Arsenal y 3-0 con el United) y ha dejado algunos partidos muy limitados en Champions, donde tuvo un grupo más o menos sencillo con el tan sorprendente como debutante Cluj (le arrancó un empate), la Roma que no pudo contar con Totti durante muchas semanas (y le aplicó un duro 3-1 en el Olímpico) y el Girondins (al único al que pudo ganar con contundencia). ¿Entendéis lo de las sensaciones? Muchos apuntes entre paréntesis...Ahora si Scolari no tuviera suficiente con no estar cumpliendo con los exigentes objetivos del club de Roman Abramovich, en los últimos días están saliendo a la luz varios roces con algunas de sus estrellas como Anelka, Drogba o más recientemente Joe Cole. ¡Qué bien hizo Scolari en pedir a Deco para tener a un jugador de personalidad "cubriéndole las espaldas"!
El tema está ahora en saber si los dirigentes del Chelsea tienen en mente acabar con la carrera del entrenador si no pasa de su cruce de Champions (el Inter de ¡oh! Mourinho, les espera) o si las distancias en la Premier no se reducen.
