Un viernes, que significa que viene a visitarnos otra de esas figuras que me marcó. Hoy es el turno de un delantero español que tenía "duende" puesto que debajo de su aspecto de delantero tosco era capaz de iluminar con jugadas mágicas. Francisco Narváez, más conocido en el mundo del fútbol como "Kiko".
¿Cómo jugaba Kiko?
En tiempos en los que era común presentar alineaciones con dos puntas, Kiko acompañaba a un delantero puro y sus características le hacían muy difícil de marcar. Además, gracias a su buen trato de la pelota, le hacía imprevisible a veces hasta para sus propios compañeros, pese a que su juego de combinación era excelente.
Su casi metro noventa le hacía perfecto para el juego aéreo y para mantener la posesión en la delantera y habilitar a la segunda línea con un pase en profundidad. Dominaba las virtudes del ariete clásico: pivotaba como los mejores, rematador y con mucha visión de juego. Pero además gracias a su técnica individual podía plasmar cualquier jugada que se le pasara por la cabeza.
Pero la característica que más me llamó la atención de Kiko era su juego de espaldas a portería. Era capaz de mantener la orientación cuando no tenía a la vista el arco desde cualquier posicion de la zona de tres cuartos del campo. Tanto para dar una asistencia como para armar una jugada que le diera el espacio para armar su buen tiro y probar al portero.
Clubs
- Cádiz (del 90 al 93)
- Atlético de Madrid (del 93 al 2001)
- Extremadura (2002)
Títulos
- 1 Liga (1996)
- 1 Copa (1996)
En la selección se convirtió en un clásico durante la época de los noventa desde que debutó en el 92 después de haber conquistado los JJOO participando en la Euro del 96 y en el Mundial del 98, eso sí, sin llegar a ser un titular indiscutible pese a que cuando participaba siempre cumplía.
