El ídolo

por | 21:41:00
Todos conoceis mi pasión por el fútbol y mi devoción por Matt Le Tissier como la encarnación de un Dios en un campo de fútbol.
Pero no acaba ahí mi santoral particular relacionado con el balompié y puede que otra de sus figuras os llame la atención, puesto que os habló del escritor Eduardo Galeano.
La historia de Galeano es parecida a la de muchos sudamericanos nacidos en 1940 pero con la suerte de que está vivo para contarla. Huyó de dos regímenes políticos: del uruguayo en los sesenta (que le obsequió con una temporada en la cárcel) y del que partió a Argentina en los setenta que le trajo a España huyendo de los Escuadrones de la Muerte.
Frutó de esta agetreada vida cultivó una sana costumbre de preocuparse por el mundo en el que vive y sazonar todos sus relatos con escritos que hacen pensar a qué le damos importancia, a que no, hasta dónde llegamos por lo que deseamos y que poco disfrutamos las riquezas que nos rodean... y obviamente todo esto lo transporta al fútbol, donde su capacidad de sorprender lo tienen enamorado:
"[...]Cuanto más los tecnócratas programan hasta el último pequeño detalle, cuanto más los poderosos lo manipulan, más continúa el fútbol siendo el arte de lo imprevisible. Cuando menos lo esperás, ocurre lo imposible [...]"
¿Qué tiene que ver un escritor que está cercano a cumplir los setenta años con el fútbol? Pues prácticamente lo mismo que vosotros o yo mismo, su pasión por el fútbol. Pero lo que causa en mí profunda admiración es cómo lo defiende a capa y espada ante quienes lo tachan de un entretenimiento absurdo para paletos o un juego para divertir a la plebe:
"[...] el desprecio de la derecha viene de la creencia de que la adoración por el fútbol es lo que la religión de la gente (la prole) se merece mientras que los izquierdistas denigran al fútbol porque supuestamente castra las masas y descarrila su ardor revolucionario[...]"
Y es que Galeano tiene la suerte de tener dos grande virtudes para disfrutar del deporte rey: una idea clara de lo que le gusta ver en un partido y alegría por los pequeños detalles y las fántasticas historias que suceden alrededor del fútbol. Gracias a ello ha podido publicar dos libros que son para mí el Antiguo y Nuevo Testamento del fútbol: "Su majestad el fútbol" recoge una gran cantidad de anécdotas deliciosas sobre el fútbol, sus protagonistas y sus personajes.
"El fútbol a sol y sombra" (mi favorito) es la reunión de más anécdotas junto a grandes definiciones de conceptos tan comunes como "gol":
"[...]El gol es el orgasmo del fútbol. Como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la vida moderna.
Hace medio siglo, era raro que un partido terminara sin goles: 0 a 0, dos bocas abiertas, dos bostezos. Ahora, los once jugadores se pasan todo el partido colgados del travesaño, dedicados a evitar los goles y sin tiempo para hacerlos.
El entusiasmo que se desata cada vez que la bala blanca sacude la red puede parecer misterio o locura, pero hay que tener en cuenta que el milagro se da poco. El gol, aunque sea un golecito, resulta siempre gooooooooooooooooooooooool en la garganta de los relatores de radio, un do de pecho capaz de dejar a Caruso mudo para siempre, y la multitud delira y el estadio se olvida de que es de cemento y se desprende de la tierra y se va al aire.[...]"
Hoy, resaca de una gran cantidad de partidos internacionales amistosos y algún que otro de la Copa Libertadores, he seguido el sendero que marca este blog el de procurar no hacer mucho caso a la actualidad y os he dejado mi humilde regalo en forma de recomendación literaria para que luego digan que los amantes del balompié somos unos descerebrados.
Nota: Obviamente todo lo escrito en cursiva pertenece al genio Galeano
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