En esta ocasión le toca a un campo del que hace tiempo quería hablaros, el Estadio Azteca de Ciudad de México.
Fue construido en 1962 para albergar los JJOO de seis años más tarde, pero con vistas a ser una de las joyas del primer Mundial de fútbol que se jugaría en el 70.
Y es gracias a los Mundiales por los que atesora grandes momentos de la historia del fútbol.
Es el único estadio en el que se han jugado dos finales de Mundial, las que disputaron Brasil e Italia en 1970, considerada como la mejor de la historia, y que nos permitió ver a uno de los mejores equipos de la historia de los Mundiales capitaneado por Pelé (ya con treinta años) y secundado por Carlos Alberto, Gerson, Rivelino, Tostao, Jairzinho (único jugador en marcar en todos los partido de un Mundial) o Felix.
La otra final fue la que coronó a Diego Armando Maradona como el mejor jugador del mundo en el año 86 ante Alemania.
Si bien, en el Mundial del 86 tuvo el honor de ser sede de uno de los partidos más famosos de la historia del fútbol entre Argentina e Inglaterra, con el incidente de las Malvinas muy presente y un Maradona que demostró que era el más listo (con La Mano de Dios) y el mejor (su gol tras regatear a medio equipo y al portero desde su propio campo).
O aquella dramática semifinal en el 70, en la que Alemania e Italia lucharon por un puesto en la final y un gol de Müller en el 90' igualó el de Bonisegna en el 9' para dar paso a una prorroga maravillosa que se decantó para Italia con un 3-4 de infarto. Se calificó al partido como "El Partido del Siglo".
Y es que gracias a sus ciento cuatro mil localidades, el Estadio Azteca ha sido elegido para grandes eventos deportivos y musicales, además de servir de campo para tres equipos mexicanos: el Cruz Azul, Necaxa y Atlante. Además es un fortín para la selección mexicana, donde sólo ha perdido un partido (ante Costa Rica por 1-2) de clasificación para el Mundial desde que fue construido y site más de caracter amistoso.
