Por Montse García
A estas alturas es complicado encontrar a alguien que no sepa quién es Luis Suárez. La razón es bien sencilla. Este delantero uruguayo continúa escribiendo la extensa historia de los goleadores que florecen en Holanda. Atrás quedan nombres como los de Cruyff, Ruud Geels, Bergkamp, Van Basten e, incluso, Huntelaar. Si hay algo por lo que destaca el Ajax de Amsterdam es por ser la cuna, origen y continuidad de atacantes.
Pero, ¿qué diferencia a Luis del resto de artilleros del Ajax? Los nombrados anteriormente vivieron la época dorada del equipo. Ahora, este club ganador, con una extensa nómina de títulos caseros y europeos, no obtiene la Eredivisie desde la temporada 2003/04 ni la Champions desde 1995. Los números acompañan siendo los mayores realizadores de todas las ligas del continente. Les falta recibir la recompensa a su esfuerzo en forma de títulos. El futuro de Suárez está abocado al éxito. Por sus venas corre el instinto inagotable de fútbol. El mismo que atravesara a Ghiggia, Enzo Francescoli, Daniel Fonseca o Schiaffino. Ilustres nombres al que hay que añadir el de su actual predecesor: Forlán. Presente, pasado y futuro de una selección que, tras su actuación en Sudáfrica 2010, vuelve a consagrarse entre las mejores del Mundo.
No sólo basta tener una buena herencia ni colocarse en un club goleador para ser un gran atacante. Debe existir materia prima de calidad. La de Luis es de primera clase. A sus 24 años, su árbol genealógico de equipos que lo han acogido no es extenso. Debutó con el Nacional de Montevideo de donde dio el salto a Europa para caer en los Países Bajos. El Groningen fue su primera casa a este lado del charco. De ahí su camino hacia Amsterdam sería fugaz. Pronto descubrirían su agilidad y facilidad para rematar desde cualquier punto del área. Algo a lo que ayuda su polivalencia con ambas piernas a pesar de ser diestro. Su excelente regate lo hace decisivo en el uno contra uno. Es un jugador inteligente, con buena visión de juego y capacidad para jugar entre líneas. A pesar de ser letal cuando tiene a tiro la portería, actúa con cabeza sin pecar del egoísmo característico del delantero. Si comprueba que hay otro compañero mejor situado no duda en cederle el balón. Aunque uno de sus puntos fuertes es su eficacia a balón parado y en los lanzamientos de penas máximas, de cabeza posee un gran remate. A pesar de su metro ochenta de estatura, es una importante baza para el equipo dentro del juego aéreo tanto en defensa como ataque. Su versatilidad le permite moverse con soltura. La temporada pasada encontró un gran aliado en Pantelic con quien no dudaba en aliarse cuando la ocasión lo requería.
Con estas cualidades es imposible no ver a Luis Suárez como un insaciable goleador, un pícaro delantero o un infalible cañonero. Sus tantos lo avalan y lo convierten en el máximo artillero del campeonato liguero. Sin embargo, no obtiene su reconocimiento en forma Bota de Oro por el menor coeficiente de goles de la liga holandesa. Está a la altura de Messi, Drogba, Rooney o Higuaín. Lo demuestra en cada jornada con una media goleadora, la pasada temporada, de más de un gol por encuentro. El inicio de esta campaña hace presagiar que esos números se quedarán cortos. El hat trick conseguido en esta jornada no sólo demuestra su ansia goleadora o su facilidad para anotar sino que va a continuar escribiendo su futuro. Un futuro cada día más cercano a un club de mayor renombre a nivel Mundial. FC Barcelona y Real Madrid, entre otros, llevan tiempo siguiendo su pista. Éste será su año, en el que demuestre que lo suyo no es fruto de la coincidencia. Confirmará que su éxito no es efímero.
